La norteamericana Mikaela Shiffrin, de apenas 17 años y 341 días, se convirtió esta semana en la “campeona del mundo de esquí alpino más joven”, al menos desde otro evento importante, como lo fueron los Mundiales de Bormio ´85 en Italia, habiéndose adjudicado el oro en el slalom de Schladming, Austria, donde se desarrolla ahora mismo el Mundial de Esquí.
Además, la gesta de Shiffrin fue especialmente significativa, considerando que garantizó en su momento que los Estados Unidos se establecieran, de forma definitiva, como el país con mayor cantidad de preseas en el medallero total de la competencia, gracias a esta pequeña nacida en Vail, estado de Colorado.
Incluso, es de señalarse que la racha de esta joven continúa, teniendo en cuenta que entre los pasados días 20 de diciembre y 15 de enero, se adjudicó además tres slaloms de la Copa del Mundo de Esquí, los disputados en la ciudades de Are, Zagreb y Flachau, en Suecia, Croacia y Austria, respectivamente, lo que ha hecho que los ojos del mundo estuvieran encima suyo también ahora.
En este caso particular, Shiffrin se quedó con la prueba por delante de la austriaca Michaela Kirchgasser, que obtuvo la plata, y de la sueca Frida Hansdotter, quien terminó como medallista de bronce, las cuales eran dos de las principales candidatas a quedarse con el primer puesto, pero que han sucumbido sin remedio ante uno de los evidentes nuevos talentos de esta disciplina mundial.
Volviendo a lo que mencionábamos al comienzo, se debe destacar entonces que Shiffrin es la ganadora más joven en una competencia de esta relevancia, desde su compatriota Diann Roffe hiciera lo propio en los campeonatos de Bormio con 21 días menos que ella, aunque su gesta es igualmente histórica, y la pone de lleno en el pedestal de las mejores esquiadoras del momento.