La nieve llegó tarde, muy tarde. Y las estaciones de esquí y los negocios de ellas dependientes se han visto muy afectados durante este invierno. Asturias no ha sido una excepción y el principio de temporada ha sido desastroso desde el punto de vista económico. Las estaciones de Valgrande-Pajares en Lena y Fuentes de Invierno en Aller comenzaron tarde y mal la temporada. En el caso de la segunda, hasta el 2 de febrero no pudo abrir sus puertas ya carece de la infraestructura necesaria para generar nieve artificial.
Con ello, se perdieron muchas semanas sin usuarios o con una baja afluencia de los mismos, con las pérdidas económicas que ello conlleva. Y es que no solo son las estaciones las que generan negocio alrededor de la explotación de los deportes y de las actividades vinculadas a la nieve. Son también los establecimientos hosteleros los que viven pendientes del cielo confiando cada año en que las condiciones sean halagüeñas.
Las asociaciones de hosteleros de los concejos asturianos vinculados a las estaciones lamentan a estas alturas el mal inicio de año, y la poca afluencia de esquiadores. Sus negocios han visto reducidos sus ingresos hasta la llegada de febrero.
No obstante, no todo son noticias negativas. Con la llegada del Carnaval la situación mejoró ostensiblemente y ha ido recuperándose parte de lo perdido. Ahora confían en que las últimas nieves del invierno y las primeras de primavera salven la temporada. Para ello, esperan que las estaciones amplíen su campaña, y los usuarios puedan disfrutar de la nieve, especialmente cara a Semana Santa, que será el momento clave de fin de temporada.
Sería sin duda, una buena noticia para los empresarios de la zona que están deseosos de ver cómo vuelven los aficionados a abarrotar las instalaciones de Valgrande-Pajares y Fuentes de Invierno. Confiamos en que haya suerte.
