Crónica Boí-Taüll

Como ya os adelantaba el viernes 2 de febrero, este fin de semana íbamos en busca de nieve para quitarnos el mono (que mal suena esto).

La decisión fue, por varias circunstancias laborales y de disponibilidad, la de hacer dos turnos. Yo fuí el único de los suertudos integrantes de la expedición en pasar dos días esquiando. El resto o lo hizo el domingo o aprovechó el lunes. La estación elegida para la ocasión: Boí-Taüll, no por la cantidad de pistas disponibles, más bien por la calidad.

04/02/07 Me levanto a las 04:50h. Un pedazo de madrugón, pero es que Boí no queda cerca y hay que intentar estar en pistas a una hora prudencial. Subo con el primer grupo de amigos que sólo puede esquiar el domingo y no es cuestión de llegar a pistas a las once de la mañana.

Espero al Lluís 5 minutos en la esquina de siempre, la nuestra. Montamos portaesquís y pasamos a buscar al Peies y a Irene. A las 05:45h salimos de Barcelona. ¡Ya estamos en marcha!. Próxima parada Alfarràs, a desayunar en el bar de las piruletas. Nunca lo encontraréis por ese nombre

El viaje no estuvo nada mal. Encontramos niebla durante muchos kilometros, pero nada ni nadie podía detenernos y las 07:30h estamos ante unos bocadillos de lomo con queso. El siguiente objetivo estaba claro, Taüll.

A las 09:30h llegábamos a pistas, por el camino de subida encontramos bastantes placas de nieve difuminadas por las montañas que hacían presagiar el paisaje que nos íbamos a encontrar en la estación.

Llegamos a pistas y el parquing a la mitad de su capacidad aunque no dejaban de llegar coches. Mientras Peies e Irene iban a alquilar su material, Lluís y yo comprábamos los forfaits y los esperábamos a pie de pistas. El paisaje nos dejaba un poco desalentados, verde, demasiado verde. De todos modos las ganas eran muchas y en la cota alta se intuian las sillas en movimiento por lo que en ningún momento el desánimo nos llegó a embargar del todo.

Primer telesilla, primera pista verde. Peies necesitaba testear su dominio de la tabla de snow, los demás estirar un poco las piernas y desentumecer los músculos.

Vista desde el Pla de La Carlina (las nuves entraban en el valle)Después de un buen rato para bajar esa pista, Peies decide alquilar los servicios de un monitor de Snow, no se encuentra nada cómodo y a las primeras de cambio le duele todo el cuerpo. Los inicios son muy duros, hay que reconocerlo.

En ese momento Lluís y yo nos vamos hacia el Telesilla Express para subir al «Pas de LLevata» que desde hacía rato nos estaba tentando. Una vez arriba, la nieve, aunque artificial se encuentra en un estado más que aceptable y encaramos nuestra primera pista como dios manda. Un lujazo, si señor. Cuanto tiempo sin respirar ese aire seco y frio, cuanto tiempo sin escuchar los esquís rompiendo la nieve, enlazando giro tras giro.

Las pistas se nos hacían cortas pero no dejábamos de sorprendernos ante lo bien que estaba la nieve. Mucho mejor de lo que nos esperábamos. Me he visto en situaciones perores, os lo aseguro.Peies haciendo sus pinitos con la tabla

El buen estado de las pistas y la confianza hicieron que nos dejáramos llevar más de lo deseable y Lluís y yo tuvimos un pequeño percance al final de la pista «Express». El resultado: mis flamantes pantalones rajados de arriba abajo y muchas risas. Sólo os digo que yo ya he amortizado mi casco.

Y así, telesilla tras telesilla y pista roja tras pista roja, no paramos de esquiar hasta que las piernas nos respetaron.

Para finalizar el día, parada en Taüll para comer. Todo un lujo.

Nuestro amigo especial se empeñaba en compartir una cerveza.Lluis, Peies e Irene se marchaban para Barcelona. Yo, en busca de una ducha reconfortante y a disfrutar del pueblo. Isaac y Carlos estaban al caer y yo los esperaba en el Bar de la Plaza. Una cervecita, una revista de montaña y Taüll… No se que más puedo pedir.

Y finalmente llegaron… Besos y abrazos y los pongo al día del estado de las pistas. Compartimos las cervezas con un amigo muy especial y muy asiduo de ese bar… ¡Yo me quiero reencarnar en el!

Después de la cena, un paseo nocturno por el pueblo. Sencillamente genial, bájamos un poco la comida y disfrutamos de Taüll. Sant Climent, iluminado, nos da las buenas noches… 

Boí-Taüll 05/02/07 - 08:00h 05/02/07 Nos levantamos con todas las ganas del mundo. Preparamos y montamos los aparejos y buscamos un sitio para desayunar. Es lunes y la cosa está complicada. Tras una búsqueda infructuosa nos dirigimos a pistas. Algún tipo de forraje nos servirán allí…

No se apiadan de tres pobres esquiadores ambrientos y con puntualidad británica, a las 09.00h en punto, abren las instalaciones de la estación. No dejamos de sentir cierta envidia de los empleados de pistas… Monitores, remonteros, pisteros desfilan ante nosotros y nos preguntamos ¿que abré hecho yo para nacer en Barcelona?

Damos cuenta de nuestros bocatas y nos dirigimos a pistas. Telesilla de Mulleres y ¡¡»pa’rriba» que vamos tarde!!.

Las sensaciones son buenas, Carlos se siente algo perdido después de un año entero sin calzarse los esquís. Rapidamente va cogiendo el pulso a las pendientes y mientras enlazamos telesilla tras telesilla y pista tras pista nos hace disfrutar de lo que los demás no nos fijamos a primera vista… ¿Ese pico no será…? ¿y esa pala no es la que…?

A Isaac lo veo bién. A pesar de los problemas que tiene con sus botas lo noto seguro y baja con decisión todo lo que se le ponga por delante. No deja de asombrarse de lo peladas que están las montañas. Supongo que como todos, recordamos de que sólo hace un año había más de un metro de nieve allí donde hoy pueden pacer las vacas…

El Puig Falcó y el mar de nubesNos encaramamos al Puig Falcó y allí disfrutamos de las mejores vistas del Valle de Boí. La inversión térmica se delata por el mar de nubes que vemos a nuestros pies. Sólo alcanzamos a ver las cotas más altas, el resto, nos lo tapa una inmensa nube. El paisaje, pese a estar pelado, es impresionante. No parámos de preguntarnos que es lo que vamos a beber este verano… ¡Como sigamos así cerveza! por que lo que es agua…  Falta mucha nieve… Demasiada.

Bajada tras bajada disfrutamos de la nieve, de la montaña, de los amigos, del lunes sin trabajar, de estar fuera de la ciudad… Disfrutamos hasta que los pies del Isaac y nosotros mismos decidimos que ya tenemos suficiente. Es hora de dejarlo, nos llevarnos las sensaciones a otra parte y decidimos que es hora de comer. Otra de nuestras pasiones.

La matinal de esquí ha sido genial y decidimos bajar a Barruera a buscar algún sitio para nutrirnos. Escudella, butifarras negras y blancas y un poco de vino (muy poco que hay que conducir).

Las sensaciones de la salida ha sido muy buenas. Un año después y ante la temporada que se nos ha presentado esperaba encontrarme una salida más sufridora. Todo lo contrario. Me lo he pasado genial y me he hartado de esquiar. Sé que nunca sería lo mismo sin mis almas gemelas: Peies, Irene, Lluís, Isaac, Carlos y otros que en esta ocasión no han podido venir. Es un lujo poder disfrutar de estos momentos con vosotros.

Desde El Puig Falcó. De izq. a dcha: Daniesku, Carlos, Isaac   

Si necesitais cualquier tipo de información logística, técnica… Sobre la zona,  estamos a vuestra disposición.

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