Más de uno os habréis cruzado con algún «salvaje de las pistas» en alguna bajada, típico tío que por un milímetro no se te lleva por delante cuando sois casi los únicos que estáis esquiando en la pista.
Lo primero que se te pasa por la cabeza son cosas como «menudo gilip…soplagaitas!», pero igual el cafre que casi te embiste va con una papa del quince. No es ninguna nueva moda lo de beber alcohol en las pistas, pero es toda una temeridad.
Una cosa es que te tomes unas cañas con el bocata y otra es ponerse pedo para esquiar. Eso es para después, y sólo si no te toca conducir de vuelta a casa! Pero por unos pocos no vamos a pagar justos por pecadores, ¿no? Por esto, los fabricantes de gadgets para bebedores siguen sorprendiéndonos con artículos como estos: bastones de esquí para bebedores.
¿Que si se trata de unos bastones de esquí normales y corrientes para apoyarte cuando ya no te tienes en pie de la cogorza que llevas? Nada de eso en un principio, aunque puede valer. El inventor de estos bastones debe ser un tío al que le gusta el esquí y el bebercio por igual, y debió pensar en lo caras que son las consumiciones en la cafetería, así que se le ocurrió construir unos bastones vacíos por dentro, dejando un hueco en cada palo con una capacidad de unos 23 cl. para meter el whisky.
Alguno me llamará malpensado, que eso es para llevar el chocolante caliente o una sopita, pero según los inventores del Coldpole Liquor Reservoir Ski Poles (así se llama) los bastones no son termos, son la mejor forma de enfriar la bebida. De hecho, no se debe meter ningún líquido no alcohólico, se congelaría!
Cuestan unos 64€, más las copas. Eso sí, sé responsable, y si vas a beber inmoderadamente, evita riesgos para ti y para los demás.
