Esquí de fondo

Gracias a su facilidad y a su naturaleza tranquila y poco lesiva, el esquí de fondo o nórdico tiene cada día más adeptos. Este deporte permite acceder a zonas donde los esquiadores alpinos tendrían vetado el acceso. Permite disfrutar de la nieve sin riesgo de lesiones, respirar aire puro, disfrutar del deporte en grupo y en plena naturaleza, y mucho más.

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Este deporte suele gustar a todo aquél que lo prueba debido a la facilidad de realización del mismo, lo que no significa que el esfuerzo físico no pueda llegar a ser intenso.

Los orígenes de este deporte se remontan a Rusia y Noruega, donde sus habitantes lo utilizaban como transporte durante los duros inviernos. Esta modalidad de esquí se hizo popular en Europa antes que la de esquí alpino.

Son muchas las diferencias entre este deporte y el esquí alpino, por ejemplo, el esquí de fondo se practica a talón suelto, los esquís que utiliza son más finos y largos y la bota es más ligera. Otra diferencia importante es que esta modalidad permite ascender, mientras que el alpino es para descender, lo que evita la necesidad de utilizar remontes mecánicos.

La mejor forma de iniciarse en el esquí nórdico es a través de un curso de iniciación, de manera que aprenderemos las bases necesarias.

En cuanto a las condiciones físicas, la dureza del ejercicio lo determina la persona. Si se puede caminar, se puede practicar este deporte. A nivel competitivo se necesita mucha preparación física, pero no para los aficionados.

El lugar más recomendable para realizar este tipo de deporte son los Pirineos, sobre todo en Cataluña y en la parte francesa.

Vía: Terra

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