Uno de la lista interminable de puntos que conforman mi wishlist es visitar todas las regiones nórdicas y polares del globo como Canadá y Alaska, Islandia y norte de Europa, Rusia… Pero sobre todo me gustaría empezar por la tierra del arquitecto y diseñador Alvar Aalto, o si lo preferís, la cuna de grandes pilotos como Mika Häkkinen, Kimi Raikkonen o Marcus Grönholm: Finlandia.
Finlandia, el sexto país de mayor extensión en Europa, pero con sólo 5,3 millones de habitantes (bastante civilizados), con sus 180.000 islas, 190.000 lagos y 4.660 km de costa, es uno de los países con mayor extensión de bosques por kilómetro cuadrado del mundo, con un 76,1% de su territorio cubierto por pinos, abetos y abedules. Es un país con tradiciones muy arraigadas y a la vez moderno, a la vanguardia: este país de los bosques, cabañas, barcos y abundante nieve también es el país de los Nokia, la Fórmula 1, la cultura y el arte contemporáneo.
Entrando en la materia que más nos interesa (la nieve), Finlandia suele estar cubierta de nieve a lo largo de todo el invierno, con temperaturas a veces inferiores a -20ºC, lo que provoca que buena parte de sus lagos se congelen lo suficiente como para practicar patinaje sobre hielo o hockey. Los finlandeses disponen de 79 estaciones de esquí alpino para disfrutar, aunque no son muy famosas debido a que Finlandia no es un país de altas montañas, pero para estar metido todo el día dentro de un resort me quedo en casa, porque el atractivo de este país es el poder perderte por un enorme dominio blanco, hasta donde la vista no alcanza, perfecto para pasear con unas raquetas de nieve, hacer esquí de fondo, viajar en un trineo de perros o de renos por Laponia para observar la aurora boreal, ya en el Círculo Polar Ártico y visitar el norte del país, para disfrutar de un sol que no se pone durante 73 días.
Pero lo que más me atrae es poder hacer snow entre bosques interminables, el alma de los finlandeses. Un dicho popular finés dice que «el bosque protege a sus retoños», y es normal que con los siglos los finlandeses hayan desarrollado un profundo respeto por los bosques y la naturaleza en general. Esto no significa que no contaminen, los finlandeses son grandes apasionados del motor: en invierno las motos de nieve son las reinas de Finlandia, muy útiles (y divertidas) en una región en donde todo está nevado. Además de las motos de nieve, los finlandeses son muy aficionados a los coches, y existen varias escuelas de conducción sobre nieve y hielo, como las academias de los conocidos Tommi Mäkinen o Juha Kankunnen.
Fotos: Visitafinlandia.com.