
Estamos hablando de la estación de Zell am See, un lugar encantador que ofrece entre sus principales atractivos el descenso de Schutt, el cual mide unos 8 kilómetros y un desnivel de 1200 metros.
En este lugar los esquiadores podrán demostrar sus habilidades en las diferentes pistas que se extienden a lo largo de la zona en forma de herradura mientras que también es posible visitar el histórico centro medieval y disfrutar de la gastronomía en los animados cafés.

Vía El Mundo Deporte