A dónde vamos a llegar…

Vuelven los «dopartistas»… ¿o tal vez nunca se fueron?
Pues creo que el FIS acaba de pillar «en bragas» a seis esquiadores por niveles altos de hemoglobina en un test previo (dicho test no se utilizará para sanción disciplinaria ejemplar) a los Mundiales de Esquí Nórdico de Sapporo (Japón) que precisamente comienza hoy.

Sinceramente, me parece sospechoso que la Federación Internacional de Esquí no se haga eco de esta noticia en su web (y eso que sorprendentemente Eurosport les surte de noticias), cuando ayer anunciaba a bombo y platillo que siguen con la lucha contra el dopaje.
Está claro que esto lo saben hace días, sobre todo cuando han impuesto una sanción «preventiva» a estos seis esquiadores (Voronin Konstantin, Dmitry Matveev, Jochen Strobl, Alen Abramovic, Sergei Dolidovich y Reto Burgermeister), que consiste en apartarlos durante cinco días de la competición para hacerles pasar después otro test, que si lo superan, se les permitirá competir en Sapporo. «The show must go on», como diría Freddy!

Y encima dicen que es por velar por la salud de los deportistas; más bien creo que estos señores cuidan de su business e introducen las noticias que puedan dañar su imagen de forma sibilina. A dónde vamos a llegar!

Es una lástima que los deportistas recurran a fármacos, o en este caso a transfusiones de hemoglobina sintética (???!!!) por cuatro perras y una fama efímera, poniendo en riesgo su propia salud. Muchos han caído a una edad temprana o arrastran graves secuelas que pronto les pasará factura por vender su alma a médicos sin escrúpulos.

Algunos «dopartistas» confesos o pillados in fraganti acusan a sus equipos y/u organizaciones de presionarles hasta hacerles caer en las trampas en el deporte, cosa que no voy a poner en duda, pero ya son mayorcitos como para no hacer algo si no se está de acuerdo.

En mi opinión, el dopaje en el esquiador no le confiere tanta ventaja sobre sus (limpios) rivales, como sí ocurre en deportes como en el atletismo. Por eso me parece más absurdo, si cabe, el doparse con vistas a ganar el premio en metálico de un mundial de esquí. La mayor parte de los ingresos que un profesional de la nieve obtiene, proviene de los sponsors. Y no nos engañemos, son cuatro los que se llevan el gato al agua, y si das positivo en un test anti-dopping, ya te puedes despedir de ellos. Y si no te pillan… ¿te sentirías orgulloso de ganar haciendo trampas?

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